Algo se mueve en Cataluña y he intentado dejar constancia de ello en El Panóptico. Se está abandonando el formato conflicto y se está pasando al formato problema, lo cual es una buena noticia.
El interés independentista baja y también la preocupación por temas ideológicos. Según una encuesta del Instituto Catalán Internacional por la paz y del Centro de Políticas Económicas de Esade sobre la polarización política, Cataluña y Euskadi son en este momento las comunidades donde la polarización partidista es menor.
Lamento discrepar. La dependencia de un estado colonial que esquilma económicamente a todo un pueblo pero, sobre todo, que niega su identidad e intenta aniquilar su lengua y hasta su dignidad sí es un problema real, almenos visto desde el punto de visata de quien lo padece, aunque quizas no desde el punto de vista de quien lo infije, sea por por acción o por omisión.