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Filósofos, escritores, artistas han hablado de la inspiración a lo largo de la Historia, pero sin saber explicar su origen.

Hay unos artistas que creen en la inspiración y otros que creen en el trabajo. Los que creen en la inspiración no se sienten autores de sus creaciones. Piensan que alguien se las está soplando al oído. Es una idea que viene de antiguo. Platón, en un diálogo titulado Ion, pensaba que el poeta hablaba como en estado de trance.

¿Entonces, hay inspiración o no?

«Estímulo que anima la labor creadora en el arte o la ciencia», establece la Real Academia de la Lengua.

Hay inspiración, pero no es lo que la gente cree.

La memoria es la gran creadora, que trabaja constantemente sin que nos demos cuenta de lo que hace. Crear -sea poesía, música, matemáticas- es un hábito aprendido, y descansa en la memoria.

Platón da una curiosa demostración de la existencia de la inspiración. Se refiere a un poeta griego que solo compuso un poema hermoso en su vida. Para Platón el más precioso que se había escrito.  Con ello, dice, el dios ha querido probarnos que escribir poemas no depende de la voluntad de los hombres, porque en ese caso ese poeta habría escrito más poemas excelentes. El problema es ¿cómo se llamaba ese poeta?

Pregunta de la semana

¿Quién fue el poeta griego que no pudo escribir nada más que un buen poema porque la Musa le falló?

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