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Daniel Innerarity es catedrático de filosofía política y social, investigador en la Universidad del País Vasco, director del Instituto de Gobernanza Democrática y titular de la Cátedra “Inteligencia Artificial y Democracia” del Instituto Universitario Europeo en Florencia. En El futuro y sus enemigos (Paidós) considera necesario un cambio radical en la manera de entender la política, “que debe pasar de un estilo normativo a otro cognitivo, es decir, de una actitud ideológica a una disposición al aprendizaje”. Un aprendizaje que debe ampliarse a toda la ciudadanía, porque, como  señala en Una teoría de la democracia compleja, Galaxia Gutenberg, 2020, “el origen de nuestros problemas políticos reside en el hecho de que la democracia necesita unos actores que ella misma es incapaz de producir” (Una teoría…p. 238). No es solo que la sociedad se haya hecho más compleja, sino que la misma democracia la hace más compleja. La ciudadanía no puede ejercer su función por falta de conocimiento político, por estar mal informada o ser incapaz de procesar la información.

Este planteamiento sitúa la política en el campo más amplio del aprendizaje. Ha estudiado las paradojas que provoca la “democracia del conocimiento”, título de una de sus obras, que lleva como subtítulo: ”Por una sociedad inteligente”. Es otra forma de designar la “búsqueda del talento político”. “En una sociedad del conocimiento la gestión de los procesos de aprendizaje es más importante que la administración de los saberes” (La democracia del conocimiento, p.59). Se incorpora así a una potente corriente intelectual, interesada en ir más allá de la “sociedad del conocimiento”, para llegar a una “sociedad del aprendizaje”, un tema que el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz ha estudiado en su obra Creating a Learning Society, y que será un objetivo prioritario de la Academia del Talento Político.  

Para Innerarity, el gran desafío de una sociedad del conocimiento es “la generación de inteligencia colectiva”. “Formas de inteligencia colectiva se encuentran en la experiencia cristalizada de los instrumentos tecnológicos o en las prácticas sociales, en las memorias de las epistemic communities, en las instituciones y organizaciones, en los procedimientos y en las reglas comunes, en los lenguajes, las culturas y los símbolos. La inteligencia colectiva designa una propiedad emergente de los sistemas sociales que no resulta de la mera agregación de inteligencias individuales, sino que constituye una inteligencia propia del sistema” (Ibid. p. 62). “Si alguna exigencia se impone especialmente en nuestras sociedades es la de modificar las reglas que organizan el aprendizaje y elevar programáticamente sus mecanismos de autobservación y su capacidad de aprender”. “La principal función del gobierno en la sociedad del conocimiento consiste precisamente en establecer las condiciones de posibilidad de la inteligencia colectiva”.

La Academia tiene como objetivo ayudar a que los ciudadanos y los gobernantes adquieran los conocimientos necesarios para desarrollar adecuadamente sus funciones políticas. ¿Qué es lo que el ciudadano debe saber en una democracia? ¿Qué es lo que debe saber un gobernante? Innerarity ha intentado responder a ambas preguntas. Resumiré sus respuestas en el próximo post.