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Episodio 2x16

Dios y la ciencia

Ciencia y religión son creaciones distintas de la inteligencia humana. Solo entran en conflicto cuando la religión hace afirmaciones que afectan al campo científico (la creación en siete días), o la ciencia entra en el campo religioso, por ejemplo, negando la existencia de Dios.

Las evidencias que dan lugar a la ciencia deben ser universales, es decir, deben poder ser comprobadas por cualquiera, mientras que las evidencias religiosas son privadas. No se pueden universalizar.

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Episodio 2x16: Dios y la ciencia
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Únete 4 Comments

  • Pepe Lillo Rodríguez dice:

    Me parece que creer que existe un Dios es lógico, predecible. Por varias cuestiones: 1.- Nuestra ignorancia. En estas últimas décadas estamos empezando a comprender cómo funcionan las cosas, pero ante la complejidad del mundo, es normal pensar que alguien tiene que haberlo lecho, ¿no. 2.- Nuestra vanidad y arrogancia. ¿Y yo muero y «yastá»? No puede ser, con lo importante que es mi vida. 3.- Tenemos los humanos una tendencia a sobrevalorar la justicia. Los menores no soportan las injusticias. Los mayores nos vamos acostumbrando, entre otas cosas porque nos vamos dando cuenta que en muchas ocasiones, juegan a nuestro favor (nacer en un país desarrollado, en una familia cuidadora, sin problemas de salud graves…). Estas tres, al menos, para entender el origen de esa universal tendencia humana a creer en «algo más», y se mantiene porque, además, nuestros padres y abuelos tenían -en general- fé. Tu vida podía ser un valle de lágrimas, pero habría una recompensa eterna. Más factpres de personalidad, claro, parecidos a los que nos inclinan a ser de izquierdas o derechas: rechazo a la incertidumbre, etc (Ver J.F. Morales, p ej).

    • jose antonio marina dice:

      Los motivos que da nos informan sobre nuestras necesidades, pero no implican que esas necesidades vayan a ser satisfechas. Kant postuló la inmortalidad del alma porque le parecia injusto que los buenos no fueran felices en este mundo. Tenian que recibir su recompensa en otro. Por desgracia la idea de que la justicia tiene que imperar no puede justificarse. Es solo un deseo. La idea de que todo tiene que tener un autor, que es una aplicación del principio de causalidad, no nos puede llevar a admitir que tiene que haber una causa incausada. Lo único que podemos decir es que el principio de causalidad no es universalmente aplicable.
      Gracias por su comentario

  • Roberto Ruiz de Infante dice:

    Una cosa son los dioses que los humanos hemos ido creando a lo largo de la historia, esto es, los dioses históricos, y otra cosa distinta es DIOS, entendido como el MISTERIO PROFUNDO, el TODO, el INNOMBRABLE. Este DIOS no puede ser el resultado de un razonamiento, porque escapa a toda lógica. Tanto es así que, si fuese accesible desde el razonamiento lógico, ya no sería DIOS, sino sólo dios, un dios lógico. Por otro lado, cuando nos referimos a cuestiones que entran dentro del campo de la espiritualidad, hay que tener cuidado con esa tendencia dominante de pensar siempre con una mirada científica. Una cosa es la ciencia y otra distinta es el «cientifismo»: creer que la ciencia no tiene límites y lo puede explicar todo, que todo es razonable. No es así, ni mucho menos. La ciencia tiene sus límites. Es un modo extraordinario de conocimiento,. pero no es el único modo de conocimiento ni todo lo que «Es» es accesible a la ciencia ni a la razón. La intuición y la mística, por ejemplo, son fuentes de conocimiento que quedan fuera del campo de la lógica y por tanto, fuera del campo científico. Por último, la Creación, en mi opinión, no está sometida a un principio ni a un motivo ni a un final ni a una finalidad. La Creación es un «proceso» (por poner una palabra que se entienda) eterno sin motivo alguno ni finalidad alguna: es la Creación que se recrea constantemente a sí misma fuera de toda lógica y fuera de toda valoración moral. Las leyes de la naturaleza no están sometidas a un juicio moral, son «amorales». No existe el bien ni el mal en la naturaleza. La moral, aplicada a ésta, es una creación humana y por la misma razón, un dios justo o injusto es un invento humano. DIOS no es un ser, no es una persona, no es un «tú» ni es un «él», no tiene sustancia. DIOS no existe, DIOS ES, es el SER, el TODO SER, la NADA, el VACÍO, el MISTERIO PROFUNDO. DIOS no cabe en un concepto concreto, y por la misma razón le llamamos el INNOMBRABLE y el INIMAGINABLE (no puede ser encerrado en imágenes). Es a todo eso a lo que podemos llamar DIOS. La justicia, la ética y la moral, el bien y el mal, son para los humanos, pero nada de eso atañe a DIOS. DIOS es más allá del bien y del mal. El filósofo que, en mi opinión, mejor expresó la evocación de DIOS fue Friedrich Nietzsche, precisamente al decir que «dios había muerto». Había muerto dios, todos los dioses creados por los humanos, para que pueda manifestarse DIOS como MISTERIO PROFUNDO, más allá del bien y del mal, más allá de todo razonamiento, incluso,. como dice José Arregi, «más allá del teismo».

  • Gustavo A. Rodríguez dice:

    Me parece muy interesante la frase que dice usted en la que asocia existencia de Dios con no saber lo que Es, al menos por ahora.
    ¿No será que desde el sistema de referencia hombre estamos considerando como inercial al sistema de referencia Dios?
    ¿No seguiremos queriendo meter el mar en el agujero de la playa con el cubito?

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