En el siglo pasado aparecieron dos grandes movimientos censores del arte: el que derivaba de la ortodoxia soviética y el que derivaba de la ortodoxia…
En los últimos días, varias anécdotas han vuelto a reavivar mi interés por este tema, que ya he tratado en varias ocasiones en el Panóptico….
«La polarización política es difícil de atajar porque no se basa en intereses sino en valores existenciales que se consideran irrenunciables. En la división entre…
Quienes sigan EL PANÓPTICO sabrán que “comprender” es uno de mis grandes objetivos. Necesitamos comprender para tomar buenas decisiones, pero como ha advertido Daniel Dennet, cada…
Beth Simone Noveck es una experta en la resolución de problemas públicos, un tema de especial relevancia para mi Historia Universal de las Soluciones. Profesora en…
El mundo se hace cada vez más complejo e incierto y es en la actualidad, dada la velocidad de propagación de las campañas debido a los medios digitales, cuando más acuciante resulta. En los últimos años se ha acelerado tanto el flujo de información como el de desinformación. Estamos muy preocupados, y con razón, por la facilidad de difundir bulos, fake news, Deep fake news que no podemos distinguir de las verdaderas., Pero el problema más agobiante es que incluso las informaciones verdaderas son tan numerosas que no sabemos qué hacer con ellas. Es decir, no sabemos dónde mirar.
El movimiento woke es uno de los temas que aparecen periódicamente en este Diario porque creo que forma parte de nuestra situación cultural. Hoy vuelto a tratarlo porque el aspirante a la Presidencia de EEUU Ron DeSantis ha dicho que en caso de ser presidente continuará la cruzada contra el progresismo y la “turba woke” que, y comenzó como gobernador de Florida con la Ley Stop Woke, que prohíbe enseñar en la escuela la “teoría crítica de la raza” y hablar de diversidades sexuales. (Por cierto, el presidente Macron también se ha posicionado contra la cultura woke).
En Mirabeau o el político, Ortega presenta un retrato poco agradable de esos especímenes humanos enamorados del poder: «Impulsividad, turbulencia, histrionismo, imprecisión, pobreza de intimidad,…