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Cualquier teoría científica tiene que comprobar su solidez. Una forma de hacerlo es comprobando si permite comprender mejor los fenómenos, si resuelve problemas, amplía los campos de investigación, y tiene coherencia con resultados de otras ciencias. Para eso hay que aplicar la teoría a casos concretos. La actualidad ofrece continuamente ocasiones para ensayar el “método Gamma”. La guerra de Ucrania, la rebelión de las mujeres iraníes, la conmemoración de la declaración de independencia de Cataluña, el auge de los movimientos de ultraderecha, etc., etc., etc.

Con motivo de la anexión de las provincias del Donbás, Vladimir Putin pronunció un discurso que es un repertorio de recursos emocionales para movilizar a la población rusa y hacerla aceptar la guerra.

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Recurso 1: buscar un enemigo, y despertar el miedo y el resentimiento.

En este caso el enemigo es Occidente y en especial los Estados Unidos.

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Recurso 2: activar el orgullo patriótico asignando a la nación una misión salvadora.

Este recurso fue utilizado para justificar las aventuras coloniales, las guerras de religión, el Terror jacobino, las guerras napoleónicas, las brutalidades nazis, las dictaduras comunistas, etc.  Como en todos esos casos, Putin ha señalado que se trata de una “guerra cultural”, en este caso contra el afán de las élites occidentales de destruir “la moral, la religión y la familia”. Ha esgrimido la tolerancia occidental a la homosexualidad como un ejemplo de degradación. Apoyado por la jerarquía ortodoxa, se acoge al modelo histórico de la cruzada, que he estudiado en El deseo interminable.

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Recurso 3: demonización del enemigo

Putin ha considerado que la cultura occidental es satánica. Repite pues la retórica del “eje del mal”, tan manoseada a lo largo de la historia.

Ninguno de estos recursos es nuevo. Todos han sido utilizados cansinamente a lo largo de la historia. Lo que sorprende es que mantengan su eficacia. La razón está en que las ciencias, las tecnologías, las creencias pueden cambiar con rapidez, pero los mecanismos emocionales lo hacen muy lentamente. Por eso me parece necesario estudiar la historia iluminada con rayos gamma.

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