En una entrevista en La Sexta, Mario Conde habló hace unos días del poder que tuvo en sus manos, y de cómo en aquel momento…
De los años en que me dediqué a la lingüística para escribir La selva del lenguaje y Diccionario de los sentimientos me ha quedado un…
Desde Adam Smith, que escribió además de La riqueza de las naciones una Teoría de los sentimientos morales, la economía ha estado relacionada con la…
Durante seis meses he llevado un diario de trabajo. Algo parecido al “cuaderno de campo” de un naturalista o a los diarios que se redactan en los laboratorios durante un experimento. Es una ayuda para mi investigación. En este momento me ocupan dos proyectos.
Lo cierto es que ayer descubrí en mi biblioteca un libro que había olvidado: Recherches sur le développement de la pensée juridique et morale en Grèce, de Louis Gernet. No lo había leído, porque subrayo todos los libros míos que leo y este no lo estaba. ¿Por qué me di cuenta de su existencia en el momento en que tengo que escribir un capítulo sobre la evolución de los sistemas normativos? ¿Recordaba sin saberlo el lugar donde estaba en una biblioteca grande y desordenada? No lo sé.
Hay guerras porque personas concretas -que pueden ser una, varias o muchas- encuentran en ella su vía a la felicidad. Por muy chocante que pueda parecer. La fascinación por la guerra hace que no tengamos -o al menos yo no conozco- una “Historia de la paz”, es decir, de los esfuerzos, inventos, operaciones, que los humanos han hecho por mantener la paz o por restaurarla. ¿Por qué nos ha interesado tan poco?