Skip to main content

La siguiente tarea para el Club de escritores va a ser escribir un relato colectivo. Nos gustaría que nos enviaran comienzos de un relato, como máximo de cincuenta palabras, y someteremos a votación para ver cual parece más interesante a nuestros escuchantes. A partir de ese texto elegido en cada programa pediré una continuación que también someteremos a votación. Al final resultará un relato que nadie habrá escrito y que todos habremos escrito. ¿Qué les parece?

Primera fase. Comienzo del relato

Durante esta semana empezaremos con el inicio del relato. Debe ser un texto de cincuenta palabras como máximo, tenéis una semana para enviarlo a través de los comentarios a este post. También podéis ir votando a partir de hoy el relato que mas os guste. Publicaremos el texto ganador en mi web y en redes sociales la próxima semana.

Únete 49 Comments

  • Amparo Ssnchez Edrosa dice:

    La pena me ahogaba ,lloré, se acerco a mi y preguntó ¿vale la pena?

  • Aritz Milla Murgoitio dice:

    Un anciano, con unas manos muy estropeadas por el trabajo de toda una vida, encontró en un mercadillo, dentro de un viejo libro, una carta amarillenta por los años. Él no sabía leer, pero le conmovieron los trazos de las palabras de la carta, y por ello la compró.

  • Juan Carlos Ferrer dice:

    Por fin se escuchó un llanto en la otra habitación. Ella intentaba adivinar si correspondia a un niño o a una niña.
    Transcurrieron largos minutos. La espera trajo algunas voces. Vislumbró el sonido de unos pasos. Su tía le cogió la manita. Aquella mañana de primavera lo cambiaría todo.

  • Cristina hg dice:

    «¿Por qué no aprendo a organizarme mejor? Al final, voy siempre a la carrera, da igual la hora a la que me levante que siempre me entretengo en algo…». Cristina iba engullida en sus pensamientos, esperando a que el semáforo le cediera el paso a los peatones; vio su imagen reflejada en la puerta de un autobús…

  • Cristina Holgra dice:

    «¿Por qué no aprendo a organizarme mejor? Al final, voy siempre a la carrera, da igual la hora a la que me levante que siempre me entretengo en algo…». Cristina iba engullida en sus pensamientos, esperando a que el semáforo le cediera el paso a los peatones; vio su imagen reflejada en la puerta de un autobús…

  • fermin lumbrera dominguez dice:

    ¡ Quieto parao ! Gritó al conductor de la excavadora Agustin ,jefe en las obras cercanas a la estación de tren de Campotorre . Quedaron al aire unos huesos , a primera vista de un cadaver,sin saber qué hacer en un principio ,decidieron finalmente llamar a la policia y ahí empezó el misterio

  • M. Cruz Garcia dice:

    «Aquí estoy, mi primera vez. Y, como todos dicen, con mariposas en el estómago. Bueno, realmente más que mariposas tengo un nudo, un estrangulamiento… Espero empezar pronto o creo que entraré en un ataque de ansiedad directamente.»

  • Raquel Cordero dice:

    Acunándome tranquila en el sofá orejero, rodeada de cascotes y cristales rotos, sostenía entre los brazos aquel milagro alumbrado hacía apenas tres días.
    Contemplé abstraída cómo su diminuta boca succionaba, ávida, de mi pecho henchido y caí en un sueño ligero, tibio.
    Al abrir los ojos, mi bebé, había desaparecido.

  • Ana Simón Orallo dice:

    Después busqué el pueblo, pero no aparece en ningún mapa. Está al norte, perdido entre las montañas. Su único acceso es una vieja carretera comarcal que muere allí mismo. Está deshabitado; no hay más vida que los hierbajos que invaden casas y tejados, hundidos por el tiempo y la lluvia.

  • Nicola Bolton pearson dice:

    Fue Manuel quien contestó al teléfono. De la oficina de Objetos Perdidos de los autobuses urbanos de Santander. ‘Hola Manuel, soy la señora extranjera que habló con usted hace un momento… Por el móvil de mi marido, que se le haya podido caer en el autobús. Figúrese lo que ha pasado…….

  • Nicola Bolton pearson dice:

    Elsie se llamaba. Por su abuela Elisabeth. Tuvo aquel sueño más de una vez; como si fuese una repetición de algo recordado de antaño, de un pasado que no le pertenecía. Pero era ella, transformada en un ser sin solidez, una criatura tan ligera que las alas la levantaban de la tierra, volando …

  • Nicola Bolton pearson dice:

    La pierna rota, el casco intacto, el motorista yacía sangrando en medio de la carretera. Su moto, de gran cilindrada, había acabado en un banco, las maderas astilladas. Saltó de su coche el médico mientras la conductora del coche causante del atropello, presa del pánico…

  • Carmen De Santos dice:

    OTRA HISTORIA INTERMINABLE
    Su afición por los viajecitos interplanetarios apareció precozmente.
    La cuna se le quedaba aburrida.
    A veces estaba … a veces no …
    Volvía siempre por hambre … ¡sabía que mamá le esperaba!
    Pronto, sus padres, supieron con dolor, que llegaría la temida separación necesaria, hacia un destino elegido salvador.

  • Manuela Bodas dice:

    No podía con aquella imagen.
    Aquella no era yo. Rugí como loba encerrada en una jaula.
    Tiré el espejo que me ofrecía el cirujano al suelo. En sus añicos podía ver cada cascote, oír cada gemido, mascar el polvo que era mi boca.

  • Magdalena F dice:

    Quede muy extrañada al llegar y comprobar, no estaba el letrero que todos los días, colgaba sobre la puerta de entrada; en el reloj de la plaza sonaban en ese momento once campanadas.

  • Manuela Bodas dice:

    Aquella fotografía de la revista, fue el punto y aparte de mi vida. Era hora de coger el petate. Nunca mejor dicho lo de petate, era el mismo en el que nos habían enviado los objetos personales de mi hermana, cuando fuimos al aeropuerto a recoger su cadáver.

  • Rahma Mustafa dice:

    ¡¡Hoy es el gran día!!
    Un día antes vendió su coche. Sin levantar sospecha alguna, con mucha valentía, una maleta y sus dos hijas, dejaría atrás todo lo horriblemente vivido.
    Antes de subir al barco, con el corazón a mil, unos gritos de lejos la paralizaron.
    ¡¡No puede irte!!! Nooooo

  • Carmen Castro dice:

    Era una mañana de domingo, otoño de 1970. Ya no llovía, abrí los ojos y oí a mamá en el jardín.
    Salté de la cama para ir en su busca, pero… Una mano me sujetó tras la puerta de salida, una amenaza ahogo mi grito, no podía avisar a mamá…

  • Araceli Pastor dice:

    Era primavera. Estaba enfadada, aunque no recuerdo el motivo, cuando vi a aquel hombre que, sentado en su coche esperando que el semáforo cambiará, lloraba como no he visto llorar a nadie.
    Han pasado los años aún pienso en él y me pregunto
    ¿Qué le estaría causando tanto dolor ?

  • Mercedes González Tolosa dice:

    Siempre he pensado que tenía que escribir esta historia, pero al sentarme delante de un papel, las palabras que tan fácilmente venían a mi mente cuando intentaba conciliar el sueño, se desvanecían, me quedaba en blanco como el papel que esperaba expectante los trazos azules de la tinta del bolígrafo.

  • Merche de la Villa dice:

    EL VENDEDOR
    Tras escampar la lluvia torrencial, el agua bajaba todavía con fuerza por las empinadas calles de Guanajuato, cuando ya escuché, como todas las tardes, el chirrido de la bicicleta de Rubén.
    Rubén es un niño que vende boniatos, nopales y plátanos calentitos en el barrio, su gesto es serio……

  • Pilar Calleja dice:

    – ¿Por qué no te atreves a decírselo?- dijo Lucía intentando que él comprendiese la necesidad de que Alfonso debía saberlo.
    – Tú lo ves todo muy fácil, siempre has alardeado de tomar decisiones rápidas, pero sabes que a veces no te ha salido la jugada como esperabas..- respondió Miguel…

    CONTINUARÁ…

  • Angel MUÑOZ dice:

    La ansiedad no le daba tregua y le mantenía insomne muchas horas de las infinitas noches. En esa semana decisiva le atormentaba la imposibilidad material de finalizar un análisis financiero, de cuyo concluyente resultado y una hipotética transacción posterior dependía el futuro de la empresa donde crucificaba sus mejores años.

  • Antonio Venteo Muñoz dice:

    El pistón de su vieja Guzzi le dio el calor que necesitaba para aliviar sus manos.
    La montaña le recibía con un viento del sur que alejaba las nubes y con ellas sonido de los cencerros.
    Hoy sería difícil encontrar el ganado.

  • Imanol PORTILLA EZKERRA dice:

    Habían empezado por echarse a andar en aquella Roma fabulosa, dejándose llevar por lo auspicios de la noche,acatando itinerarios que ellos mismos improvisaban,aunque bien conocían lo que ordenaban las guías turísticas. Se detuvieron varias veces, en lugares poco iluminados, para besarse, para detenerse más en ellos, que en los lugares soñados. Ignorantes que, bastante tiempo después, aquellas delicadezas, se borraría, como las estelas que los aviones dejan, y la ciudad seguiría siendo eternamente, Eterna. (Continuación )

  • Alegria Muñoz Mateo dice:

    Era un dia de lluvia, como otro cualquiera. Al fin y al cabo, ya se sabe que en el norte siempre llueve. Pero hoy era un día diferente. La lluvia no era triste, como otras veces. Hoy, no sabía bien si a pesar de o precisamente por ella, era un día feliz. Por fin lo iba a lograr.

  • Mª ANtonia Navarro Quintana dice:

    «Entré utilizando una de las tres puertas de acceso y me planté ante una de
    las ventanillas de aquella inmensa sala. Saqué del bolsillo del vaquero
    cuarenta mil pesetas regaladas por mi madre tiempo atrás y dormidas en un
    abrigo hasta esa mañana. Quedaba una semana para cambiarlas por euros.»

  • ELENA F.-CUARTERO dice:

    Eric agonizaba en sus brazos. Su casi metro noventa parecía haber menguado. Estaba molido a palos, y quizá por eso abultaba menos. Apenas se movía. Inerte, miraba a Laura como justificando su propia muerte. Laura había llegado al bar una hora antes de lo acostumbrado; Chang la había llamado llorando

  • Josefina Saraiba dice:

    Abrazar la guerra.
    Había tomado una decisión, tenía que volver a Kiev. Sentía que solamente así, podría cerrar el agujero negro que se abría cada vez que veía las noticias de los bombardeos sobre hospitales, centros oficiales donde se refugiaban niños, mujeres y …
    Se había equivocado, pensó que lo mejor era marchar de tanto horror y muerte. Ahora comprendía que su lugar estaba allí, ayudando en la lucha, como quiera que ella pudiera ayudar…

  • Eugenia Valientre Ballesteros dice:

    En la calle, el viento azotaba las palmeras con una furia inusual. A través de la ventana divisó una bolsa vacía que se elevó hasta hacerse un pequeño punto en el cielo. Hoy tampoco saldría, se aferró con furia al cinturón de su bata azul ajada por el uso.

  • Pepa Fontes Rodríguez dice:

    Recogiendo las redes algo llama mi atención.
    Entre los peces sobresale una botella de cristal conteniendo lo que parece un papel enrollado.
    Curioso lo extraigo y leo una dirección de correo electrónico acompañando al siguiente mensaje:
    -Dame una razón para seguir viviendo.

  • Carmen Cruz dice:

    Carmen vivía al pie del barranco. Detrás de su casa existía un muro de piedra que invitaba a descansar. Ella solía sentarse allí, esperando con una jarra de agua fresca para ofrecerle, casi todos los días, cuando bajaba sediento, ladera abajo.

  • Ma Ángeles Ruiz Ortega dice:

    Llegó, como cada noche desde hacía meses, con su vida atropellada a cuestas, desparramando esta con todo su contenido a lo largo de un sofá añoso que no podía evitar estremecerse con el impacto.

  • Pilar Muñoz dice:

    Le odio. Es un cabrón al que deseo la muerte desde hace 20 años y ahora… ahora le tengo pena.
    Perdió su poder, sólo es un pobre hombre atrapado, en qué se yo qué laberinto, y patético. Ahora el control lo tengo yo y voy a empezar a ejercerlo…

  • juanjo garrido saiz dice:

    Una desapacible mañana de invierno, hace ya tiempo, recibí una tarjeta postal que reflejaba un paisaje hasta cierto punto inconveniente: de tan insultantemente repleto de sol y playas como se mostraba. En el reverso de las doradas arenas y de las cristalinas aguas, alguien había redactado un texto ciertamente extravagante….

  • MARIA ROSA IBÁÑEZ RAMÍREZ dice:

    La mochila era pesada, lo sabía, aunque solo llevaba lo imprescindible para esta emocionante aventura que, cada año, esperaba con ilusión. Repasó una y otra vez su lista. No le faltaba nada. Así que se relajó y se fue a la cama a dormir. Necesitaba ir descansada a aquella aventura.

  • MARIA ROSA IBÁÑEZ RAMÍREZ dice:

    En una noche oscura. Se acercaba a una aldea, oscura, y casi derruida. El viejo reloj de la destartalada torre daba las doce.
    De repente divisó una serie de estrellas brillantes que surgían delante de él. Sintió la necesidad de seguirlas.
    El camino era empinado y con muchas piedras….

  • Ana Sagasti dice:

    El bosque, húmedo de rocío, despertaba tras una noche inquieta. La bruma se arrastraba entre los troncos de los árboles y la hierba -lavada, limpia, nueva- relucía con las primeras luces. Con los pies descalzos, la muchacha caminaba ajena a todo, perdida la mirada. En la charca croaban las ranas.

  • Marga van Bragt dice:

    Meti la llave en la cerradura que cedio inmediatamente, al abrir la puerta me parecio estar desorientada , parpadeé un instante pero no cambio nada, aquella no era mi casa. …

  • -Que no, que te he dicho que no y está es mi última palabra.
    Era la primera vez que conseguía hacerlo, negarse a hacer lo que le pedían o más bien le exigían. Hasta entonces siempre cedía y asumía como suyas las decisiones de otros, pero ya había hecho una elección de impredecibles consecuencias…

  • Pepa Vázquez Luque dice:

    En la propuesta que envié, al final de mi email decía:
    «Por cierto, le preguntaría a José Antonio Marina, ¿qué hacer cuando la inspiración se estanca…?»
    Si pudiera contestarme…Me sería de mucha ayuda. Gracias.
    Saludos.
    Pepa Vázquez

  • Pepa Vázquez Luque dice:

    Aquel día se sentía pletórico, y eso que era hombre de demostrar poco los sentimientos positivos. No obstante, su corazón decía una cosa, su cabeza otra y la rigidez de su cara, otra muy distinta. Su bigote oscuro, negro azabache, le daba un aire marcial. Recordaba sus tiempos de militar.

  • Juanjo Garrido dice:

    SEGUNDA FASE:
    A escasos metros y bajo un árbol, arañado por los crudos fríos y sin hoja alguna se sentó en un banco de piedra. Palpaba, manoseaba el tesoro encontrado con el cuidado que sus dedos quebrados le permitían. Abrió la carta, ajada por alguno de sus pliegues y la contempló de nuevo. Los trazos no eran precisamente hermosos pero a él se le antojaban eruditos y llenos de magia. Qué dirían esas letras, serían palabras de amor, de despedida o de alguien que estuvo en la guerra. Poco importaba y dedujo de manera clara, que algo que se guardó dentro de un libro debía ser algo importante.

    • Luis Serna dice:

      Segunda fase.

      Al salir de la librería y encaminarse a su vivienda de toda la vida, su mente empezó a cavilar sobre quién sería la persona indicada para leerle el contenido de la carta. Sin poder explicárselo le iba invadiendo una extraña emoción al saberse poseedor de un documento que, con justificada razón, Le parecía único.
      -Ya está!- se dijo – tiene que ser Laura, tan discreta ella.

      Le inspiraba confianza al recordar que habían coincidido en varias ocasiones rebuscando entre libros usados en aquella librería. Sólo había un problema… hasta ahora él se las había ingeniado para ocultar a Laura su analfabetismo, pedirle ayuda implicaba pasar la vergüenza de confesar que habían sido mentirá todas las veces que le hacía comentarios sobre libros supuestamente por él leídos y analizados.

  • Luis Serna dice:

    El texto es excelente, sólo que al final creo que debiera decir ( y por ello lo compro’) toda VEZ que entiendo que lo que está a la venta es el libro.

    Lamento el “horror” ortográfico

Deja tu comentario