Estoy buscando hacer una búsqueda de la felicidad humana. ¿Y en que ha cifrado la humanidad su felicidad? El cielo ha sido siempre un pretexto para que la imaginación proyectara sus ensoñaciones de felicidad. Es muy interesante ver como en cada momento cultural se ha puesto el énfasis en algún aspecto.
Según una encuesta del Instituto Catalán Internacional por la paz y del Centro de Políticas Económicas de Esade sobre la polarización política, Cataluña y Euskadi son en este momento las comunidades donde la polarización partidista es menor.
¿Por qué me interesa contar a los médicos estos terribles hechos? Para que no olviden que todos tenemos que proteger la “humanidad” de nuestras relaciones porque son muy frágiles, y que ellos, desde su actividad profesional están especialmente capacitados para reforzarla.
He interrumpido el trabajo sobre El deseo interminable para preparar una conferencia que pronunciaré esta semana sobre humanismo y medicina. Pero cuando se está trabajando en un proyecto, tenemos desplegadas unas antenas que detectan todo lo que puede tener relación con él. Es un estado de receptividad que siempre me sorprende y encanta.
La ambición, ¿virtud o vicio?
Tener éxito supone alcanzar la meta deseada. Lo contrario es fracasar. Alcanzar la felicidad es siempre un éxito, pero ¿todo éxito proporciona la felicidad?
Una de las características del “sentimiento subjetivo de felicidad” es que se trata de una experiencia diferencial. Es el balance entre lo esperado y lo conseguido. O entre lo que tienen los demás y lo que tengo yo. Por eso los maestros estoicos y los orientales proponían como solución tener pocas expectativas, pocos deseos y no ser envidioso.
Buscando información sobre el modo en que los humanos han pensado la felicidad, he dedicado estos últimos días documentándome sobre el modo como han entendido la felicidad perfecta, es decir, la vida en el Paraíso o en el Cielo.
¿La envidia es el vicio español? La envidia es una pasión universal .La diferencia en España es que tradicionalmente hemos necesitado buscar reconocimiento social continuamente. Por eso el tema del honor era obsesivo.
Desde el Panóptico tenemos que ver más atrás. ¿De dónde puede brotar la envidia? Posiblemente de la pulsión humana hacia el mantenimiento del estatus y de sus signos exteriores.