Francia siempre ha apostado por la lengua única. “Es preciso eliminar el 'patois', reclamaba el abate Grégoire en 1794. La III República impuso el francés como única lengua vehicular en la escuela. Los maestros castigaban o humillaban a los alumnos que hablaran bretón, picardo, alsaciano, o cualquiera de las veinte lenguas regionales que hay en Francia. Una ley de defensa de las lenguas regionales aprobada en mayo ha sido remitida por el gobierno francés al Consejo Constitucional, que ha declarado ilegal uno de sus aspectos: la enseñanza inmersiva. François Bayrou, exministro de Educación francés, considera esa medida “una aspiración sectaria al monolingüismo”. Al comentarle un periodista que el Constitucional ha hecho referencia a la “indivisibilidad de la República”, ha contestado: “Soy partidario de la indivisibilidad de la república, pero soy también partidario apasionado de la indivisibilidad de nuestro patrimonio cultural y lingüístico”.
Macron ha asumido, además de sus versátiles y ubicuas responsabilidades presidenciales, la de fijar el relato nacional. Considera importante “reconocer” memorias a veces opuestas, “reconciliarlas” y enmarcarlas en un “relato común”.
La tesis del libro es que China está buscando redefinirse a sí misma, con el objetivo de ejercer una “función civilizatoria” a escala mundial.
Lo propio de la ciencia es fortalecer al máximo sus afirmaciones. Aspira a hacerlas tan fuertes como un roble. De ahí la palabra “corroboración” (del latín robur= roble). Sostengo que la Panóptica nos permite comprender el presente y tomar mejores decisiones, pero esa afirmación está por demostrar. De ahí la necesidad de someter constantemente a prueba sus pretensiones.
Desde el ultimo programa de los casos de Mermelada he recibido muchas comunicaciones de nuestros escuchantes sobre los mitos acerca de la menstruación…