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PANÓPTICO

El panóptico
José Antonio Marina

La pandemia ha puesto de actualidad la llamada “educación híbrida”, mezcla de aprendizaje presencial y on line. Es una aplicación elemental y pobre de algo sobre lo que muchos estamos trabajando: un modelo “centauro” de inteligencia. La expresión fue inventada por Kasparov al perder el campeonato de ajedrez frente a un programa de IBM, aunque en realidad ya había sido empleada por Freud para designar la articulación de Id no consciente y del ego. El futuro jugador de ajedrez, dijo Kasparov, será una simbiosis de inteligencia neuronal e inteligencia artificial. Lo que necesitamos en la escuela es integrar ambas entidades, decidir lo que el alumno debe guardar en su memoria neuronal y lo que puede guardar en su memoria electrónica. Harari en su libro 21 lecciones para el siglo XXI (p.49) menciona una posible aplicación: “Gracias a IA entrenadoras, los maestros de ajedrez humanos se hicieron mejores que nunca y, al menos durante un tiempo equipos de humanos-IA conocidos como centauros ganaron tanto a humanos como a ordenadores en ajedrez. De manera parecía, la IA podría ayudarnos a preparar a los mejores detectives, banqueros y soldados de la historia”. Brad Bush ha estudiado la influencia que esta inteligencia hibrida podría tener en el mundo del trabajo, en “How combined human and computer intelligence will redefine Jobs”. Pero son aplicaciones muy superficiales todavía. He estudiado las enormes posibilidades de esta nueva inteligencia -y los grandes problemas que plantea- en Proyecto Centauro. Ni las Facultades de Pedagogía o Psicología educativa, ni los sistemas educativos estatales, se han dado cuenta de la importancia del tema, y han dejado su desarrollo en manos de las grandes empresas tecnológicas, que están utilizando ingentes sumas de dinero y de talento en ese campo.

José Antonio Marina

Únete Un comentario

  • omar dice:

    Cuidado, no debemos perder la perspectiva de que, antes que nada, somos humanos. Para Harari lo humano es algo que puede exprimirse y concentrar como el aceite de oliva en aras del capital social. No necesitamos super inteligencias que al final no van a solucionar problemas realmente, avanzando como quien huye hacia adelante (la historia es un continuo parchear aquello que no se pudo prever por falta de experiencia o negligencia).Necesitamos parar y tomar un respiro… mejor a la sombra del olivo.

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