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PANÓPTICO

El panóptico

La pandemia ha puesto bajo el foco el tema de la fiabilidad de la ciencia. Los negacionistas han arremetido contra ella. Una falsa idea de democracia ha provocado un igualitarismo de las opiniones. Se extiende la absurda idea de que todas las opiniones son respetables. No es así.  Lo que es respetable es el derecho de una persona a expresar su opinión, pero esta puede ser falsa, estúpida, ofensiva, criminal, y en estos casos las opiniones no son respetables.  Deben estar sometidas a los criterios de respetabilidad adecuados. La opinión de que 4 x 4 son ocho no es respetable porque no se somete a los criterios matemáticos. Creo que el público, en general, debe conocer lo que da fiabilidad científica a una afirmación o a una teoría, para evitar dejarse llevar de supersticiones.

Desde el punto de vista teórico el asunto está claro. Una opinión, una hipótesis o una conjetura no adquieren el rango de ciencia mientras no se someten a un proceso de verificación y han resistido   todos los intentos de demostrar su falsedad. Más complicado es el problema práctico. ¿Quién se encarga de comprobar si cumple los criterios científicos? Dada la complejidad de los asuntos, sólo pueden ser los expertos en esa materia. Un ejemplo: en 1993 el matemático Andrew Wiles anunció que había conseguido demostrar el Teorema de Fermat, lo que se consideró una proeza matemática. La demostración ocupaba más de noventa páginas. Unos meses después uno de los revisores descubrió un error en la demostración. Wiles corrigió el fallo y un año después publicó la que se considera una demostración definitiva. Es evidente que muy pocas personas eran capaces de reconocer el error en una demostración de tal complejidad. Por eso, el “sistema de la ciencia” ha establecido procedimientos para revisar y evaluar las teorías. En la actualidad suelen hacerlo las revistas científicas de referencia, que han implantado el sistema de revisión por expertos (peer review o referee system). Una vez publicado sigue sometida a escrutinio universal, de modo que en cualquier momento un científico puede aportar algún hecho o algún argumento que refute la teoría. La ciencia está siempre en proceso de corroboración.

Como información transcribiré las indicaciones que suelen dar los editores de revistas científicas a las personas que revisan los artículos:

“Estamos particularmente interesados en conocer su opinión sobre:

  1. La calidad y el rigor de los argumentos presentados
  2. La validez de los datos presentados
  3. La oportunidad y relevancia del articulo para la discusión de    problemas en su área de investigación.
  4. Si usted aconsejaría:
    • Rechazarlo
    • Publicarlo sin revisión
    • Publicarlo solo después de revisiones mayores (por favor, especificarlas)
    • Publicarlas después de pequeñas revisiones estilísticas o textuales (por favor, precisarlas).
Fast Check news

Por Internet circulan todo tipo de informaciones no verificadas, que no son fiables, aunque tengan una amplia difusión. Un caso especial es la Wikipedia, uno de los proyectos más interesantes para aprovechar el conocimiento colectivo. Se trata de una enciclopedia que se va creando y corrigiendo espontáneamente, por la propia actividad de los lectores. Cualquier lector puede cambiar la información lo que en principio podría hacer pensar que las falsedades acabarían imponiéndose. Sin embargo, su fiabilidad ha sido elevada porque los mismos lectores corrigen los errores, de modo que duran muy poco en la red. El proceso de creación de la “opinión pública” debería ser parecido. El contraste de las opiniones, la argumentación, la mayor cantidad de información disponible debería ir configurando una opinión pública más ilustrada. La cultura occidental no parece ir en esa dirección. El interés identitario está debilitando el interés por lo universal. La ideología woke, que blinda las diferencias, rechaza la necesidad de comprender la realidad. Son posiciones políticas afirmativas y beligerantes. En este sentido, el Panóptico va contra corriente.

Únete 2 Comments

  • Juan Mateo dice:

    Me parece una reflexión muy oportuna.
    La respetabilidad de cualquier opinión, en estos momentos, es otro de los absurdos que «lo políticamente correcto» nos está obligando a aceptar; lo que deberíamos, no solo evitar, sino denunciar siempre, sobre todo, si queremos que aquellas opiniones que, de verdad, son respetables sean las que se consideren y triunfen.
    No podemos dejar de tener en cuenta que a la mediocridad le viene muy bien imponer este axioma propio y así no tener que soportar las críticas y aceptar su poca valía personal y profesional.
    El gran problema es que, por ejemplo, en un país como EEUU, el líder de occidente, el 54% de la población se informa a través de «Facebook», lo cual supone que lee la opinión de cualquiera (sin importar el valor de la fuente) y exclusivamente «grandes titulares».
    Si nos vamos a los llamados «libros de autoayuda» el drama se glorifica con la inclusión de falsedades científicas que los lectores se «tragan» sin contemplaciones. Si a esto le añadimos las conferencias de supuestos «gurús» (incluido el mundo del «management») que utilizan, por ejemplo, la neurociencia sin la menor idea de lo que dicen y cometiendo constantes y peligrosos errores, entonces el resultado es una sociedad cada día más manipulada y adocenada. ¡Y así sucesivamente!
    Mi enhorabuena por este artículo y mi gratitud a «El Panóptico» por la extraordinaria labor que realiza

  • jose+antonio+marina dice:

    Gracias por su comentario. Es evidente que las redes sociales están teniendo un protagonismo difícil de contrarrestar, y que me parece peligroso. Paradójicamente, quienes pensamos así tenemos que intentar convertirnos en «red social», en una «red social parricida», podríamos decir. . Esto es lo que me ha hecho intentar completar mi trabajo en los libros o en las clases, con el Panoptico, y si le parece interesante será bienvenida cualquier ayuda para intentar difundirlo. Un saludo.

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