Skip to main content
Temas:

investigación

Las ideologías no han muerto. Retornan al galope, primero a las universidades americanas, ahora a las francesas. De nuevo cunde la idea de que la ciencia es una ideología más. Bien es verdad que solo en las facultades humanísticas, lo que favorece el desdén hacia ellas de las “ciencias duras”. Se admite el activismo político como principal dinamismo de la investigación. Toda apelación a una verdad objetiva se interpreta como una “colonización del espíritu”. Toda defensa de la universalidad es opresiva. Para oponerse a esta corriente ha aparecido en Francia el “Observatoire du décolonialisme et des idéologies identitaires”, que acaba de publicar un “Rapport sur les manifestation idéologiques a l’Université et dans la Recherche”. Su objetivo, como lo explica el lingüista Jan Samowicz es oponerse a “la propagación de un discurso según el cual el individuo se reduciría a su pertenencia a una raza o a un género”. Es llamativo que, en términos generales, sea la izquierda la que ha enarbolado ahora la bandera contra la universalidad de los valores, cuando siempre había ocurrido lo contrario.

Jose Antonio Marina

El Bloomberg Innovation Index 2021 maneja siete indicadores: gasto en investigación y desarrollo, valor añadido de las manufacturas, productividad, intensidad de alta tecnología, eficiencia en el sector terciario, concentración de investigadores, actividad en lograr patentes. En el primer puesto está Corea del Sur, seguida de Singapur. EEUU está en el puesto 11, China en el 16, y España en el 31. Silvano Arieti habló de sociedades creativogénicas, es decir, que fomentan la creatividad. Al parecer, España no lo es. Y eso es grave porque no se trata solo de creatividad científica, empresarial, cultural, sino también de creatividad social y política.

Jose Antonio Marina