La política humilde y magnífica
Nietzsche elogiaba la Gran Política, y acabó inspirando a los nazis. En la España anterior a la guerra civil, muchos intelectuales, también influidos por Nietzsche, como estudio Gonzalo Sobejano, aspiraban a políticas gloriosas. Incluso Ortega, el mas europeo de ellos, se dejaba llevar por vientos heroicos. Por ejemplo, desdeñaba las soluciones políticas donde “no haya vencedores ni vencidos”. Añadía: “¿No son sospechosas, no os suenan como propósitos turbios esas palabras? Esta premeditada renuncia a la lucha, ¿se ha realizado alguna vez y en alguna parte en otra forma que no sea la complicidad y el amigable reparto?” Ortega, como comentó Laín Entralgo, quería “hacer rebotar en el espacio los grandes amores y los grandes odios”. He mostrado en Biografía de la humanidad, siguiendo a Robert Wright (Nonzero), que el progreso ha consistido en buscar soluciones win-win. Es decir, que íbamos contracorriente.
Victor Lapuente, en El retorno de los chamanes (Ed. Península), defiende la política humilde, diseñada de abajo arriba, basada en la experiencia y no en el dogmatismo. Pone como ejemplo a Finlandia, que hace un siglo era una nación pobre, agraria, dependiente de Rusia, que además sufrió una atroz guerra civil en 1918, y tuvo que pagar reparaciones de guerra a la Unión Soviética. ¿Qué hizo posible su espectacular cambio? Según Lapuente, consiguió algo muy valioso de sus vecinos escandinavos: “una dinámica de aprendizaje colectivo en políticas concretas”. He hablado tanto de la necesidad de una “sociedad del aprendizaje” que me parece estar escuchándome a mi mismo. Una de las enseñanzas más importantes para nosotros es que el éxito de las “Instituciones formales” depende de las “instituciones informales”, del “capital social”. Un tema que me gustaría tratar con detenimiento este año.
Lapuente enfrenta a los chamanes políticos –de los que estamos sobrados en España- de las exploradoras. Copio el cuadro donde describe ambas actitudes, porque me parece brillante:
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Ingredientes de las dos retóricas |
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Retórica del chamán |
Retórica de la exploradora |
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Cómo es la realidad social? |
Controlable |
Influenciable |
Procedencia |
Cielo, arriba, ideal |
Suelo, abajo, realidad |
Motor |
Razón |
Experiencia |
Objetivo |
Coherencia lógica |
Resultados prácticos |
Mentalidad |
Cerrada, monista, intolerante |
Abierta, pluralista, tolerante |
Espíritu |
De confrontación |
De contexto |
Resultado de la acción pública |
La mejor solución |
Las «soluciones» menos malas |
Guía |
Plan global |
Exploración incremental |
Penetración de la política en los problemas sociales |
Radical |
Superficial |
Virtud |
Ambición |
Humildad |
Iniciativa en políticas públicas |
Políticos profesionales |
Políticos y profesionales de lo público |
Responsabilidad de los políticos |
Primera |
Última |
Plantas ocupadas por los políticos |
Todo el edificio público |
El piso de arriba |
Estructura del Estado |
Pirámide jerárquica |
Pirámide aplastada |
Dirección de las ideas en el sector público |
Sentido único: de arriba hacia abajo |
Doble sentido: de arriba hacia abajo y viceversa |
Empleados públicos |
Listísimos, pero autómatas. Trabajan para el político |
Listísimos y autónomos. Trabajan con el político |
Gestión pública |
Administrativa |
Empresarial |
Directivos públicos |
Oficiales de ejército |
Ejecutivos de empresas |
Textos sagrados |
Leyes, reglamentos y, sobre todo, procedimientos administrativos |
Misiones, motivaciones y, sobre todo evaluación de los resultados |
Si fuera un barco… |
Políticos desde el timón hasta la sala de máquinas |
Políticos al timón, los no políticos forman el resto de la tripulación |
Si fuera música… |
La política compone la partitura y toca los instrumentos |
La política compone la partitura y los profesionales de la Administración tocan los instrumentos |
- Fuente: El retorno de los chamanes (Península)