La autoridad
La autoridad es uno de esos conceptos fundamentales que se ha vuelto confuso. Hannah Arendt consideraba una catástrofe social, política y ética que se perdiera o desvirtuara. Ha sucedido. Lo relacionamos con «autoritarismo» que es su negación. Una de las tareas de la necesaria regeneración española es, precisamente, la regeneración de los conceptos y las palabras. Desde la época romana «poder» y «autoridad» se distinguen claramente. El poder se ejerce mediante la coacción (legítima o ilegítima). La autoridad, en cambio, se ejerce a través del respeto que suscita. Cuando hacemos caso a una «autoridad en medicina» nos sometemos a su sabiduría, no a su fuerza. El hecho de que instituciones fundamentales hayan perdido «autoridad» conduce al imperio del poder, de la coerción. Un modo de barbarie. Les invito a participar en el debate sobre la «autoridad». Lo he comenzado tratando de la «autoridad del profesor», porque estamos a comienzo de curso y esto es lo que más preocupa a los docentes. Pero es un tema que inevitablemente nos lleva a la «autoridad de los políticos». ¿Me ayudarían a regenerar este concepto? Pueden participar en blog.joseantoniomarina.net Gracias.