La decisión
Siempre estamos pendientes de la decisión de alguien. Estos días, en el plano internacional, de la Merkel y en el plano nacional, de Camps. “Decidir” es un enigma psicológico. Daniel Dennet escribe: “Cuando uno se dice:”he decidido aceptar el trabajo”, uno está seguro de que se está informando a sí mismo de algo que ha hecho recientemente (decidir), pero la memoria sólo muestra que hace un instante uno estaba indeciso y que ahora ya no lo está. La decisión debe de haber sucedido entre esos dos momentos.”. Investigo desde hace mucho tiempo este elusivo fenómeno. Camps me proporciona un ejemplo. Según EL MUNDO, hacia las 14’30, cuando iba a firmar su aceptación de culpabilidad, ya en el automóvil, tomó otra decisión. ¿Qué es lo que nos sucede a todos cuando estamos indecisos? Decidirse no es un acto de la razón, sino de la voluntad, decían los antiguos. La voluntad solo deja pasar o bloquea las inclinaciones proporcionadas por nuestra inteligencia no consciente, tras evaluarlas con nuestros criterios de actuación. Si tenemos criterios firmes, la decisión es más fácil. Cuando no vemos clara la decisión, esperamos que nuestra inteligencia, fuente de ocurrencias cuyo mecanismo desconocemos, nos haga otra propuesta más aceptable. El consejo “consúltalo con la almohada” iba en este sentido. Deja que durante el sueño las cosas se recompongan. Como ven, tengo razón al decir que decidir es un enigma.