La frase
“Olmo, quiero anotar en mi cartera, la gracia de tu rama florecida”
Antonio Machado, poeta
Durante años, he comentado en este espacio semanal una frase de actualidad. Ahora que voy a cambiar de sección, me doy cuenta de que tengo una peculiar historia de este tiempo, condensada en frases y breves comentarios. Como despedida, quiero glosar una frase intemporal de Machado, que nos viene muy bien como antídoto para la celeridad con que lo actual se desvanece. El poeta ve que a un olmo viejo caído en medio del campo le han brotado unas hojas verdes. Y para no olvidar ese milagro de la primavera, lo anota en su agenda. No querer olvidar las cosas importantes, bellas, terribles, que hemos vivido o leído me parece una sabia estrategia vital. Cronos devora a sus hijos, sean horas, minutos, o segundos. Y esta velocidad con que el tiempo se autodestruye provoca una continua devaluación de los sucesos. Para cabalgar sobre el presente parece necesario volverse amnésico, porque la memoria se ancla en lo duradero. “La memoria es fuerza oscura, para que más te enamores, alma, de lo que perdura”, escribío Guillén. Todos los pedagogos sabemos lo importante que es enseñar a discernir lo que se tiene que olvidar y lo que se tiene que recordar. Al comentar en estas páginas algunas frases, pretendía rescatarlas durante un tiempo el flujo inclemente del olvido. Pero, ¡ay! ya sólo las recuerda el papel en que fueron impresas.