Las redes y la lucha por el poder
En Biografía de la Humanidad estudiamos como la historia puede interpretarse como un continuo hacerse y deshacerse de “redes humanas”. En este enfoque fueron pioneros los historiadores J.R.McNeill y W.H.McNeill. Las tecnologías de la información solo han ampliado, acelerado, intensificado y abaratado la redes sociales que han funcionado siempre.
En este artículo he utilizado el libro de Manuel Castells Comunicación y poder, y el de Niall Ferguson La plaza y la torre. El papel oculto de las redes en la historia: de los masones a Facebook. Castells considera que el poder se basa en estructurar la mente de los demás mediante la construcción de significado. La comunicación solo hace transmitir esos significados. La red permite un proceso de “autocomunicación social”en el que cada miembro de la sociedad puede intervenir en la creación de significados que la red distribuirá. La transformación de la comunicación de masas en autocomunicación de masas ha contribuido de forma decisiva a modificar el proceso del cambio social. Como las relaciones de poder siempre se han basado en el control de la comunicación y la información, que nutren las redes neuronales constitutivas de la mente humana, la proliferación de redes horizontales de comunicación ha generado un nuevo paisaje de cambio social y político, a través de un proceso de desintermediación de los controles gubernamentales y corporativos sobre las comunicaciones. Este es el poder de la red, por el que los actores sociales construyen sus propias redes según sus propios proyectos, valores e intereses. Las consecuencias de este proceso son impredecibles y dependerán de determinados contextos. La libertad, en este caso la libertad de comunicarse, no indica por sí sola el uso que de ella hará la sociedad.
Creo que Castell admite con demasiada facilidad la horizontalidad de las redes. La postura contraria es mantenida por Ferguson en La plaza y la torre. El 95% de toda la información producida por el hombre está digitalizada en Internet, por lo tanto a disposición de todas las personas. De ahí se saca la conclusión de que todo el mundo está en igualdad de condiciones, y la igualdad se extenderá por el mundo. Ferguson señala que no ha ocurrido así. Las redes están manejadas en occidente por las FANG americanas (Facebook, Amazon, Nettflix y Google) y en China por las BAT (Baidou, Alibaba, Tencent). La Unión Europea se ha quedado fuera de esta competencia. La empresa europea de Internet más importante es Spotify. Gagnon y Goyal, en “Networks, Markets, and Inequality” mostraron que si el mercado sustituye a las redes, la desigualdad disminuye, pero que si mercado y redes se alían la desigualdad aumenta, porque los mejor conectados tienen ventajas competitivas.Los estadounidenses mejor conectados se llevan la mayor parte de los beneficios de la globalización, según el Banco Mundial. Se han debilitado las redes tradicionales, como las centradas en las iglesias o en las asociaciones, y han aumentado las informáticas. Ferguson piensa que la utopía de que las redes aumentarían la democracia se esfumó.