Prólogo. Ética para desconfiados (Vico)

Durante muchos años me he dedicado a estudiar la inteligencia humana. Tardé mucho tiempo en descubrir algo que tal vez os sorprenda: la gran creación de la inteligencia no es la ciencia, ni la tecnología, ni el arte, sino la ética. Os lo voy a explicar. La función principal de la inteligencia es resolver problemas, y cuanto más complicados, importantes y urgentes sean, mayor talento habrá que aplicar para solucionarlos. Pues bien, los problemas mas difíciles son los que afectan a la felicidad personal y a la dignidad de nuestra convivencia. Y de eso se encarga, precisamente, la ética. Para encontrar ejemplos basta mirar a nuestro alrededor. Mas de ochocientos millones de seres humanos pasan hambre en el mundo. En este momento se producen suficientes alimentos para que esto no suceda, por lo tanto, no se trata de una cuestión económica o técnica. Se trata de un problema ético: no estamos dispuestos a resolver esa situación. Siria lleva diez años sufriendo una guerra civil en la que han muerto mas de cuatrocientas mil personas. Las luchas por el poder desprecian la vida de los ciudadanos. Por debajo de esas atrocidades siempre hay un colapso moral.

Muchas veces pensamos que esto de la ética es un mero adorno, que cada uno va a lo suyo. En una sociedad democrática parece que no la necesitamos porque, afortunadamente penetra nuestro modo de vida y nuestras instituciones, por eso debemos pensar lo que sucede si desaparece. Según Heródoto, un historiador griego, cuando moría el rey de Persia, durante cinco días quedaban en suspenso todas las leyes, es decir, todo el mundo podía hacer lo que quisiera: matar, robar, violar, destruir. ¿Para qué hacían algo tan brutal? Para que la gente se diera cuenta de lo terrible que era vivir sin la protección de las leyes, y recibieran con esperanza al nuevo gobernante. Lo mismo sucedería si ahora desaparecieran todas las normas éticas: aparecería el horror.

He dicho que nuestra sociedad está protegida porque la ética está presenta en nuestro modo de vida. Pero conviene recordar que esa situación solo se puede mantener si los ciudadanos colaboramos. De lo contrario, la agresividad, la envidia, la injusticia pueden manejar nuestras vidas.

Os digo todo esto para indicaros que este libro es un tratado sobre la inteligencia aplicada a la búsqueda de una sociedad más feliz. Vico os va a resumir, de forma muy atractiva, los grandes descubrimientos de la humanidad, las mejores soluciones que se nos han ocurrido para resolver esos complicados problemas. Pero no basta con conocerlas: hay que ponerlas en práctica. Por eso, estas páginas de Vico son una llamada a la acción. Espero que en la acción ética nos encontremos todos.

Ética para desconfiados, Vico, D.P., Planeta, 2021